En las cámaras más sencillas, el foco está fijo a una distancia determinada, por ejemplo, 10 m con una abertura elegida para que el enfoque sea de una nitidez aceptable desde el infinito (en fotografía, esta expresión se aplica a los objetos muy distantes) hasta sólo 1,5 m. Los objetivos más sencillos se moldean en plástico (metilmetacrilato) y tiene tan poco luminosidad como f14. En cambio, las mejores cámaras disponen de objetivos acromáticos, con dos componentes o elementos, que funcionan alrededor de f9, 3 ó 4 elementos de f8 y si tienen 6 elementos llegan a un f1,8 ó un f2.
El enfoque se realiza emplazando todo el conjunto de lentes (objetivo) más cerca o más lejos de la película. Normalmente, se hace girar el objetivo, que está montado en un soporte con rosca en espiral, de modo que se desplace hacia dentro o hacia fuera. Una escala situada en el borde del objetivo señala la distancia del enfoque de máxima nitidez. A veces hay un telémetro, sistema sencillo que produce dos imágenes en el visor, las cuales se superponen cuando el objeto está enfocado.
El telémetro indica la distancia del objeto en una escala, o bien está directamente conectado con el mecanismo de enfoque.
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