Los obturadores modernos pertenecen a uno de estos dos tipos: centrales o interlentes y de plano focal, según sea su situación en la cámara. Los de tipo interlentes, como los famosos Compur y Prontor, tienen hojas metálicas móviles que se abren y cierran entre los elementos del objetivo. También es posible, aunque poco frecuente, que las hojas estén detrás o incluso delante del objetivo. Los tipos más modernos tienen velocidades que van de 1 a 1/500 de s, pero las máquinas sencillas puede que sólo ofrezcan una o dos posibilidades, como, por ejemplo, 1/125 para tiempo soleado y 1/30 para tiempo nublado o cuando deba utilizarse flash.
Los obturadores de plano focal están situados lo más cerca posible de la película. La exposición se logra al desplazarse una cortinilla por delante de la película, seguida inmediatamente por otra. La luz pasa por la rendija que hay entre las cortinillas y su cantidad se modifica al cambiar la anchura de la rendija y la velocidad de desplazamiento de las cortinillas. La mayoría de los obturadores de plano focal tienen velocidades de 1 a 1/1.000 s, si bien algunos modelos ofrecen incluso 1/2.000 de segundo.
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